El periodista Harold Meyerson analiza las extrañas similitudes entre los esclavos fugitivos del pasado de los Estados Unidos y los inmigrantes indocumentados de la actualidad

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Según el periodista Harold Meyerson, la directiva actual de la administración Trump la cual hace que ICE vaya a diversas ciudades pobladas, incluyendo ciudades santuario, con el mandato de encontrar y detener inmigrantes indocumentados, nos recuerda a la Ley de Esclavos Fugitivos de la época anterior a la Guerra Civil estadounidense. Meyerson explica, cuando el gobierno federal permitió que los propietarios de esclavos ingresaran a las ciudades del norte para recuperar a los esclavos fugitivos, la resistencia se parecía mucho a la de las ciudades santuario de la actualidad.

Durante este período, ciudades del norte como Milwaukee y Chicago protestaron acciones del gobierno federal, bajo el sentimiento de que era injusto ingresar a sus comunidades para secuestrar esclavos que habían escapado a la libertad. De manera similar, la Alcaldesa Libby Schaaf del actual Oakland, California, se posicionó recientemente en contra de lo que consideraba una incursión injusta, y advirtió a los indocumentados en su comunidad sobre un inminente ataque al ICE. La redada resultó en la captura de 150 personas indocumentadas en febrero pasado.

Los atrapadores de esclavos también usaron la retórica del crimen y el peligro, a menudo denunciando a los esclavos fugitivos como criminales potenciales que degradarían el Norte si se les dejara en libertad. En la actualidad, ICE se ha centrado en los centros de población de inmigrantes a menudo bajo el reclamo de que conducirá a una sociedad más segura. El propio presidente Trump constantemente hace referencia a las estadísticas delictivas erróneas, a menudo inventadas en el lugar, con el fin de pintar a los inmigrantes indocumentados como peligrosos. Las estadísticas, sin embargo, muestran que no solo se han reducido los delitos violentos en general, pero también que los inmigrantes cometen crímenes específicamente a tasas más bajas que la población general.

No existe una preocupación de seguridad pública que valide los ataques  hacia trabajadores indocumentados o la política de separación de familias, así como no había una razón legítima para devolver esclavos fugitivos a los estados esclavistas. Hay muchos ejemplos en nuestra historia que nos informan sobre lo que sucede cuando las familias se destrozan sistemáticamente. Los impactos y el costo son abrumadoramente negativos, y los efectos son generacionales. La pérdida es devastadora a nivel individual y social, y daña la estructura de nuestro país.

Para obtener más información sobre este tema, consulte el artículo del Sr. Meyerson aquí: http://www.latimes.com/opinion/op-ed/la-oe-meyerson-immigration-fugitive-slave-20180301-story.html